Todos queremos relacionarnos de una forma saludable y amorosa, todos deseamos relaciones nutritivas, sinceras, auténticas, pero la verdad es que las intenciones no son suficientes para llevar a cabo estos anhelos relacionales. Muchas veces nos encontramos, a pesar de las buenas intenciones, relacionándonos desde un lugar doloroso y sufriente. El amor, como lo hemos entendido o lo hemos experimentado hasta ahora ya no es suficiente y nos sentimos frustrados cuando no entendemos ni sabemos manejar lo que nos acontece en relación al otro. El origen de nuestro sufrimiento en las relaciones reside en las experiencias no integradas de nuestra infancia que de adultos proyectamos inconscientemente en la pareja, en la familia o en los amigos. Experiencias pasadas que nos marcaron y que condicionan negativamente nuestro presente en forma de miedos, bloqueos, resentimiento, sentimientos de desvalorización, impotencia o abandono.
Este taller está pensado para conectar con esa parte de nosotros más vulnerable, traer a la luz aquello que todavía está en la sombra, nombrar lo que nos sucedió en la infancia o en algún momento crucial de nuestra vida, observar los patrones relacionales y responsabilizarnos de nuestras acciones. Desde un lugar más consciente podremos nutrir nuestra vida y nuestras relaciones sintiendo que podemos cuidar y cuidarnos. El amor lúcido está al alcance de todos y como dijo Rumi, «la herida es el lugar por donde entra la luz
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